miércoles, 4 de diciembre de 2013

EL ALTAR DE PÉRGAMO: EMBLEMÁTICA OBRA DEL HELENISMO.

La ciudad de Pérgamo.
La ciudad se concibió prácticamente de nuevas en el siglo II a. C. siguiendo las directrices de planificación racional y funcional que ya se ensayaban en las urbes de nuevo trazado desde el siglo V, pero también buscando la espectacularidad de un escenario arquitectónico como telón de fondo. Se distingue claramente dos zonas:
  1. En el llano se erigieron las barrios residenciales, trazados en manzanas regulares con calles que se cruzaban según diseños ortogonales o hipodámicos como los de Mileto o Alejandría. El centro de esta zona lo constituía un ágorasecundaria, hoy bajo la ciudad turca de Bergamo, en torno al cual se encontraban edificios como el gimnasium o elSerapeum. A tres kilómetros de allí existía un famoso santuario dedicado a Asclepio que se unía con la ciudad a través de una ancha avenida pavimentada.
Vista de la llanura y de la actual ciudad de Bergamo desde el Trajaneo.
  1. En un alto promontorio fortificado se levantaba la acrópolis con los edificios más emblemáticos de la ciudad. En la maqueta y en el dibujo que hay abajo puedes verlos. Todos, salvo el santuario y templo de Trajano (Trajaneo), fueron construidos en el periodo helenístico. Para crear una vista espectacular se construyeron sobre terrazas artificiales escalonadas que se exponían como asomándose para ser bien contemplados desde abajo. El resultado es tan impactante que la solución es retomada por los arquitectos romanos que crearon los santuarios de Praeneste, Terracina y Tívoli en el Lacio (siglo I a. C.). Los restos arqueológicos y el desnivel que hay que salvar para llegar a la cima todavía hoy en día siguen impresionando al visitante.
Maqueta con los principales edificios de la acrópolis de Pérgamo. Debajo, el promontorio con las ruinas actuales y una reconstrucción pictórica del impresionante efecto escenográfico creado.
Los elementos formales básicos de la arquitectura y de la escultura clásica no varían en el helenismo, pero sí su espíritu. Tal cosa puede comprobarse perfectamente en el conjunto monumental levantado en Pérgamo entre los siglos III y II a. C.. Analicemos sus estructuras más significativas conocidas por las campañas arqueológicas de Carl Humann (1871 a 1886), que sirvieron a Otto Puchstein para reconstruirlas en parte en el Museo de Pérgamo de la Berlín.
El Altar de Zeus y Atenea Victoriosa.
Con el Helenismo las proporciones de los edificios experimentan un cambio notable. Los altares, que antiguamente eran pequeños y se erigían ante los templos, ahora se convierten en construcciones independientes que buscan la monumentalidad. Son la manifestación escenográfica del poder absoluto de los monarcas.
El altar dedicado a Zeus y a Atenea Victoriosa se construyó durante el reinado de Eumenes II, entre los años 180 y 160 a. C. Se encontraba expuesto en el centro de una plaza que se abría hacia el barranco que daba a la ciudad para que de esa manera pudiese ser contemplado desde allí. No se sabe a ciencia cierta quien pudo ser su arquitecto, aunque bien pudiera serMenécrates de Rodas.
El ara propiamente dicha se levanta sobre una escalinata de planta casi cuadrada (38,6 x 36 m). Sobre ella se aúpa un zócalo que sostiene una columnata jónica que cierra, a modo de telón, el espacio creado alrededor del altar propiamente dicho. Dos muros porticados se adelantan dando al conjunto una forma de" u" invertida que acoge y a su vez impresiona al que asciende por la escalinata.
La columnata jónica se proyecta sobre la escalinata.
El arquitecto que diseñó el edificio innovó además una nueva forma de presentar el friso jónico. En vez de ubicarlo en altura sobre el entablamento jónico lo bajó al zócalo para que fuera más fácil contemplarlo. Sus dimensiones son cerca 120 metros de largo por 2,28 metros de alto. En él se representa en altorrelieve la batalla que libraron los dioses Olímpicos contra sus predecesores, los titanes, lo que es conocido como la Gigantomaquia. El tema es, en el fondo, la alegoría del triunfo de las nuevas dinastías helenísticas sobre las antiguas polis griegas. Si pulsas aquí o sobre la siguiente imagen puedes ver desplegado todo el friso.
Estilísticamente, este relieve es uno de los mejores ejemplos para poder explicar algunas de las rupturas estilísticas del helenismo con respecto a la etapa clásica.
  • Las dioses y los titanes, de un tamaño superior al natural, parecen querer salir desde el edificio hacia el espectador para hacerle partícipe de la lucha. 
  • La multitud de figuras entrelazadas no caben en el formato, es tan densa que casi cubre por completo el fondo o los cuerpos quedan cortados, sin poder aparecer por entero en el encuadre. 
  • El movimiento es desenfrenado: sus músculos se tensan y sus cuerpos se tambalean, vuelan o se debaten en angustiosa agonía. 
  • La serenidad expresiva y el equilibrio espiritual no existen.
Hay mucho de esta obra en otra de las obras helenísticas por excelencia hecha décadas después, La muerte de Laoconte y sus dos hijos.
Hay un segundo friso más pequeño insertado en el muro que hay detrás de la columnata que narra la historia de Telefo, hijo de Hércules.


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